Te ríes, y sigues así, riendote, hablando con
calma, aparentemente normal. Lo que nadie sabe es lo que pasa por tu cabeza,
nadie tiene ni idea de la mezcla de sentimientos que tienes, nadie se puede
imaginar por lo que has pasado. Te sientes bien, porque has sido lo
suficientemente valiente como para aceptar eso que te está ocurriendo, pero
también te sientes mal. Estás mal porque has dejado que te venciese, mal porque
no encuentras una solución valida. Mientras tu sigues luchando con tu mezcla de
sentimientos tendrás que seguir fingiendo. No, la gente no tiene ni idea de lo
que te pasa, no se pueden hacer ni la más mínima idea, pero como no te des
prisa todo acabará peor. El mundo no se detiene para que lo arregles.
Felices 16.
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