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miércoles, 1 de junio de 2011

Veintitres.





Comenzó a hacerle cosquillas y él no podía parar de reir. Le encantaba verle tan feliz. Ella se distrajo y él le robó un beso. Ella,al rozar la mano del muchacho,sintió algo extraño. Era una mezcla de electricidad y entusiasmo. Estando con él,todo lo demás dejaba de tener sentido. Sabía que no estarían eternamente,pues lo eterno no existe. Debía aprobechar cada segundo con él,porque el tiempo...pasa y no vuelve..

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