Seguidores

miércoles, 29 de junio de 2011

Cincuenta y cinco.



Ese olor que antes habría deseado; esa carita de niño que habría devorado.
Si no te hubieras tenido que ir a casa por que la noche empezaba a caer.

Llegar a casa, sacarte la camiseta y que su olor te llegue, es como si se pegara a la piel, incluso sientes lástima al ducharte, por miedo a que el olor desaparezca, pero después de la ducha te das cuenta de que el olor no solo está en tu piel, en tu pelo, en tu ropa, si no que está en tus recuerdos...
Y una vez que se manifiesta una y otra vez, que estes donde estes siempre huele a él… Significa que él ya forma parte de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario