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jueves, 28 de julio de 2011

Ochenta y uno.


Hay veces en las que te das cuenta de que no eres tan independiente como pensabas, es entonces, cuando descubres, que si ellas lloran, tu lloras, que si ellas caen, tú caes, que si ellas sonrien, tú eres feliz. En ese preciso instante empiezas a numerar los pequeños detalles sin importancia que para ti son tanto; el color de sus ojos, de su pelo, como nos miramos, su olor, su risa, su voz, sus abrazos. Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que ahora, dependes de ellas, que sin ellas, ya nada te importa. Y eso amigos mios, eso es amistad.

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